El trabajo mas difícil en las MMA

Al ver una pelea, los aficionados obsequian su atención a los protagonistas del combate: los peleadores. Sin embargo, siempre hay un tercero sobre la superficie, el encargado de que todo fluya dentro del reglamento. Su labor es poco valorada, aunque resulta fundamental para el desarrollo de la función. Los réferis representantes la justicia sobre la lona. Aplican las normas y sobre sus hombros recae el mayor peso, deben tomar decisiones correctas en poco tiempo y de primera vista. Los peleadores conocen el reglamento, pero también saben como vulnerarle, es en esos momentos que el tercero sobre la superficie muestra su valor.

El conocimiento y la interpretación de las reglas son el mayor atributo de un buen árbitro, su experiencia en el campo y la práctica del deporte son fundamentales en la mejoría de su desempeño. El otro pilar de sus actuaciones es la concentración, sostenerse dentro de las acciones sin verse perjudicado por el público es primordial.

Los organismos reguladores deben capacitarlos constantemente, para que se desempeñen de la mejor manera. El desarrollo de estructuras donde los veteranos instruyan a los jóvenes es importante en la transmisión de conocimientos y la sucesión generacional. Algunos entes realizan convenciones y agrupan a los réferis para instruirlos, pero falta mayor voluntad de las comisiones para lograr que los árbitros locales, encargados de las funciones pequeñas tengan una capacitación de nivel.

De la misma forma, se deben generar garantías por parte de las comisiones para que el desempeño de los réferis sea 100% profesional y no quede duda de su capacidad. Detalles como éste ayudan a que los deportes de combate den un paso hacia delante.

Cuando los organismos reguladores proponen alteraciones al reglamento, los primeros en consultarse deben ser los peleadores, pero después deben analizar la retroalimentación de los árbitros, su aporte es fundamental para mejorar la protección a los combatientes; y por supuesto cada cambio debe ser comprendido cabalmente por los réferis, así se evitan controversias y momentos amargos.

La tecnología sirve para enmendar errores, pero estos son parte del deporte. Los intérpretes de las reglas no pueden dejar de ser humanos, seguirán fallando en sus apreciaciones, continuarán parciales a la influencia del público y algunos tendrán afán de protagonismo.

Otras figuras de autoridad en los combates son el médico y los jueces. El doctor define, sobre evidencia, si la pelea debe ser detenida. Los jueces emplean un reglamento de puntuación para definir los duelos que llegaron al límite. Contrastando, ambos tienen tiempo para cotejar y resolver, el réferi actúa en el instante, su capacidad de reacción es definitiva.

La misión de los árbitros, lamentablemente, es ingrata; cuando tienen fenomenales actuaciones, sólo están cumpliendo con su labor y al momento de errar se transforman en ineptos faltos de preparación, temple y cordura. En la valoración de su trabajo no hay grises, o se escribió una página negra en la historia del deporte o bien, se redactó con tinta blanca una actuación que nadie va a recordar.

Se dice que un buen réferi no se nota, según los cánones debe mantenerse al margen. No obstante, los terceros son protagonistas. Los admiradores no pagan por ver a un árbitro, pero su trabajo es primordial para que los fans obtengan un espectáculo agradable. Brindemos un momento por los terceros sobre la superficie, ya que suene la campana volveremos a gritarles.

Que tengan una fenomenal semana y sobre todo: ¡Disfruten de las peleas!