El Madrid cae en Siena y se asoma al precipicio

El Madrid se complica la vida en Europa un poco más. La derrota de la pasada jornada ante el Maccabi prácticamente obligaba a ganar uno de los dos partidos al Montepaschi, pero en el primer choque ante el conjunto de Siena, los de Messina han mostrado su peor cara y han hipotecado buena parte de sus opciones europeas.

El basket-average es recuperable, pero el Madrid debe ganar al Montepaschi y al Maccabi (los dos encuentros en casa) si quiere seguir pensando en la Final Four de París. En cualquier caso, la empresa se antoja complicada. Si el Madrid pasa como segundo de grupo, su rival, si todo sigue un curso lógico, sería el Regal Barcelona.

El recital de un genio
Pase lo que pase en el resto de encuentros del Top 16, el Madrid no olvidará la actuación de Terrell McIntyre en el Palasports Mens Sana. El base ha dado un recital de baloncesto y ha podido con sus homólogos blancos en todo momento. ¿El resultado? 24 puntos, 11 asistencias y 43 de valoración. Una estadística que asusta, pero que simplemente refleja lo que se ha visto sobre el parqué.

El conjunto blanco empezó el partido sin mucha intensidad, pero en los primeros minutos eso bastó. Con Ante Tomic de titular, el Madrid se puso 8-12 antes de recibir un 10-0 de parcial que empezó a poner las cosas en su sitio. Y hoy, era italiano. Jaric no estaba y Sato hacía pensar en aquello del 'síndrome del alero'.

Kaukenas salvó el honor
La diferencia se fue ampliando y el luminoso marcaba un preocupante 32-18 mediado el segundo cuarto. McIntyre podía con Prigioni, con Llull, y con cualquiera que se pusiera por delante. Al otro lado, el conjunto blanco no era capaz de aprovecharse de un mermado juego interior italiano, sin 'su' Lavrinovic y con Eze y Stonerook con problemas de faltas.

Con el partido medio roto y Messina desesperado, Kaukenas apareció por segunda vez en la noche. La primera fue antes del partido, cuando recibió una placa en homenaje a lo que ha sido en Siena, en un pabellón donde cuelga su camiseta. Y su particular 'venganza' llegó en forma de recital. En el caos, se echó el equipo a la espalda y acabó con 21 puntos, pero enfrente McIntyre ya llevaba 30 de valoración al descanso.

El choque se igualó por momentos en el tercer cuarto, cuando el Madrid empezó a buscar a Darjus Lavrinovic. Pero iba a ser un espejismo. Un desquiciado Jaric anotó su primera y única canasta a los 27 minutos. Después, eliminado por faltas. Del resto, ni rastro. Sólo Velickovic se unió a los lituanos en una batalla que nunca dio la sensación que pudieran ganar. Ni siquiera cuando Kaukenas acercó a los suyos a tres puntos (56-53) antes del final del tercer cuarto. Carraretto y Sato, con dos triples, desmoralizaron a los blancos, que se quedaron sin capacidad de reacción en el último cuarto. Toca ganar en Vistalegre... por partida doble